ETAPA 3: OLVEIROA – FISTERRA (35 km.)

GRÁFICO


ETAPA

DISTANCIA: 35 km
Dilatada etapa quedividiremos en dos en la población de Cee. Hasta la aldea de Hospital es un espectáculo gracias a las vistas de un encajonado río Xallas. Cómodas pistas por un paisaje de repoblación visitan las ermitas de La Virgen de las Nieves y San Pedro Mártir, y el cruceiro da Armada obsequia con las primeras vistas del Cabo de Fisterra. Cee y Corcubión bien merecen una visita pausada antes de ascender a San Roque y bajar hasta Amarela y Estorde. Sardiñeiro y el Camino Real descubren de nuevo Fisterra y el extenso arenal de Langosteira, que conduce hasta la villa del fin del Mundo y al faro donde la última porción de tierra expira en el Atlántico.

ITINERARIO

Descendemos la calle del albergue y giramos a la derecha para salir de Olveiroa por la pista asfaltada. Hay que prestar atención porque en breve, a la altura del mojón 34,558, debemos torcer a la izquierda para cruzar un arroyo y tomar una senda encajada que desemboca en la pista que se dirige al embalse do Castrelo. Tras una curva cogemos, por la derecha, un camino que sube hacia una línea de aerogeneradores. Más adelante dejamos este camino y avanzamos por la ladera de la montaña con unas vistas increíbles del río Xallas, que fluye encajonado por una tupida vegetación. Terminamos bajando al lugar de Vao de Ripas, donde cruzamos el río de Hospital por un puente de piedra (Km 2,7).

Salvamos una cuesta y entramos en Logoso, aldea situada en las laderas del monte Castelo (Km 3,7). Atravesamos este pequeño lugar y abordamos una llevadera subida hasta la aldea deHospital, donde cogemos la carretera CP-3404 (Km 5,1). A los pocos metros hay un bar a mano izquierda. Es el último punto de avituallamiento hasta Cee, así que conviene comer algo o aprovisionarse de bebida y algún bocadillo. Pasado el bar acortamos un trecho por la carretera antigua para desembocar en la rotonda donde se encuentra el mojón que bifurca los caminos a Fisterra y Muxía (Km 6). Continuamos por la izquierda, en dirección Fisterra, y pasada la fábrica dejamos la carretera por la derecha para tomar una buena pista rodeada de un paisaje abierto de tojos, pinos y eucaliptos. Nos conduce hasta el crucero de Marco do Couto (Km 8,4).

Continuamos por un terreno similar, con vistas a mano izquierda de Buxantes, hasta la ermita de Nuestra Señora de las Nieves (Km 10,5). Hay un merendero donde podemos hacer un alto. A continuación recorremos el repoblado monte do Lousado por cómodas pistas hasta la ermita de San Pedro Mártir, de la parroquia de Pereiriña. Manuel Vilar cita que «la construcción puede estar relacionada con el monasterio de Santa Tasia» (Km 13,8). Prolongamos la caminata hasta elcruceiro da Armada, que podemos observar a mano derecha. Desde aquí ya se puede ver el Cabo Fisterra bañado por el Atlántico (Km 16,2). Tras el crucero sobreviene un empinado descenso, con vistas a la ría de Corcubión, que conduce hasta Camiños Chans y Cee, lugares donde también hay opción de finalizar la etapa gracias a la apertura de un par de albergues privados. El itinerario conduce por el Campo Sacramento y rúa Magdalena hasta el centro de Cee, donde se encuentra la iglesia de Santa María de Xunqueira, del siglo XVI y con capilla mayor de estilo gótico. Cee estuvo poblada en la antigüedad por los Nerios. Hacia el siglo XII fue una pequeña villa agrícola y en los tiempos actuales es el municipio más grande de la Costa da Morte con cerca de 8.000 habitantes (Km 19,5).

Se puede ir hacia Corcubión tomando el paseo más cercano a la playa. Hay un mojón jacobeo que nos desvía por la parte de atrás pero merecen más las vistas al mar y el puerto. Al llegar a Corcubión hay que cruzar el paso de peatones que se encuentra junto a la oficina de Correos para enlazar con el trazado oficial. Por la calle San Marcos llegamos hasta la iglesia del mismo nombre. Sustituyó a la antigua parroquial de San Andrés de Canle, está declarada Bien de Interés Cultural y es de estilo gótico marinero, aunque tiene partes barrocas e incluso neogóticas, como es el caso de la fachada (Km 21). Junto al templo tomamos las escaleras de la derecha y por la calle de las Mercedes vamos al campo do Rollo, con parque infantil. En este punto ascendemos por una calzada sitiada entre dos muros que nos gratificará con unas bonitas vistas de Corcubión y Cee. El ascenso no termina y hay que emplearse a fondo para superar la corta pero fuerte rampa que asciende hasta el campo de San Roque, donde se encuentra el albergue gestionado por la AGACS, y la aldea de Vilar (Km 21,8).

Más adelante, tras cruzar la carretera, tomamos un camino que desciende nuevamente hasta la AC-445. Casi siempre por el arcén pasamos Amarela y después Estorde. A la entrada deSardiñeiro dejamos un trecho la carretera para regresar a ella y la abandonamos a la altura de la rúa Nova (Km 25,7). Nos despedimos de esta localidad por un agradable tramo, que fue Camino Real, donde no será difícil que veamos a más de un cazador entrenando a los perros. Finaliza en un mirador sobre Fisterra y el Cabo (Km 27,5). Tras cruzar de nuevo la carretera descendemos súbitamente para rodear la cala del Talón. Otro breve tramo de carretera conduce hastaCalcoba, donde brota el extenso arenal de Langosteira (Km 28,8). Muchos peregrinos deciden recorrer este tramo a pie de playa.

El camino oficial va paralelo tras las dunas. Se accede aFisterra por el barrio de San Roque y se pasa junto a la cruz de Baixar, un crucero de granito del XVI. En el anverso está representado Cristo crucificado y en el reverso María Inmaculada con el niño Jesús (Km 30,7). Por la calle Santa Catalina se llega a la calle Real, donde está el albergue público y donde nos darán la Fisterrana (Km 31,7).

Este no es el fin, aún debemos ascender hasta el Faro. Tras el albergue pasaremos junto a lacapilla de Nuestra Señora del Buen Suceso, iglesia barroca de 1743 situada en la plaza de Ara Solis. El crucero muestra a Cristo crucificado y a la Virgen del Socorro. Ya en la carretera de acceso al Faro se encuentra la iglesia de Santa María das Areas, su origen se remonta al siglo XII. Alberga la talla gótica del Cristo de Fisterra, una imagen envuelta en leyendas. Tiene Puerta Santa y un Santiago Peregrino del siglo XVII. El ascenso por carretera es bastante llevadero y a mitad de la subida veremos una moderna escultura de un peregrino medieval. El mojón de los 0 kilómetros nos da la bienvenida al entorno del Faro. Fue construido en 1853 en base al diseño de Félix Uhagón. El edificio de la entrada se conoce como La Sirena y es de 1889. En él se aloja el Centro de Información Turística gestionado por la Asociación Neria de la Costa da Morte, donde dan asesoramiento, sellan credenciales y recaban estadísticas (Teléfonos: 670 29 27 20, 981 70 60 28). Los pueblos prerromanos ya adoraban al sol desde este punto geográfico tan sugerente. Verlo esconderse bajo las aguas del océano es un espectáculo único y el remate de toda una peregrinación hasta el final de la Tierra (Km 34,9).

DIFICULTADES

Descenso desde el Cruceiro da Armada hasta Camiños Chans:
Sobre todo para los ciclistas es un punto a tener en cuenta, el desnivel es importante y las numerosas piedras sueltas pueden provocar más de un accidente.
Varios cruces con la AC-445 a partir de Vilar:
Prestad atención a los cruces para acceder a Amarela, Sardiñeiro y la Cala del Talón.

OBSERVACIONES

Horarios para regresar de Fisterra a Santiago:
Monbus y su empresa asociada Castromil, S.A hace los trayectos en autobús entre Fisterra y Santiago. La ruta es Fisterra, Cee, Carnota, Muros y Santiago y dura aproximadamente 3 horas. Los horarios desde Fisterra son (el bus sale junto al albergue de la Xunta): 8:20 de lunes a viernes, 11:45 y 16:45 de lunes a domingo y a las 14:00 los sábados. Estos horarios cambian de junio hasta septiembre, así que hay confirmarlos en la web de Monbus o en el teléfono 902 29 29 00.
También se puede regresar con la empresa Vázquez, aunque hay que hacer trasbordo en Baio para ir a Santiago. Para informarse con exactitud sobre los horarios de cada día consultar en el albergue público o en los privados.

QUÉ VER, QUÉ HACER

CEE:
Cee y su vecina Corcubión reposan sobre la gran ensenada que sucede al rápido y descarnado descenso. Cee es el municipio con mayor población de la figurada comarca de laCosta da Morte, formado por seis parroquias que suman cerca de 8.000 habitantes. Cuna de los celtas nerios del Atlántico, el término Cee deriva de un vocablo latino relativo a cetáceo, no en vano la documentación histórica remite a un puerto ballenero y sus pobladores se dedicaron durante siglos a la pesca de ballenas y cachalotes. En la parroquia de Gures, en la playa de Caneliñas, hay una fábrica abandonada que desde los años veinte a 1985 se dedicó a la pesca de cetáceos y a su transformación y venta. El itinerario jacobeo ha recuperado el paso por el casco antiguo de Cee, un entramado de callejuelas y casas de piedra en torno a la iglesia de Santa María de Xunqueira, que aún conserva elementos góticos a pesar de los daños causados por la ola de destrucción de la Guerra de la Independencia.

En Cee Se puede visitar el Museo Fernando Blanco, en la plaza de la Constitución, que alberga desde instrumental científico y material didáctico hasta colecciones de animales, minerales y fósiles. También esconde muestras de arte, pintura y orfebrería religiosa. Además de la iglesia parroquial, merecen las modernistas Casa Mayán y Guillén; la casa rectoral y el noble pazo de Cotón, situado en la calle Magdalena, de principios del XVII y residencia de familias como los Carantoña. Un excelente lugar de descanso es la playa de la Concha y el conocido Relleno, el terreno ganado al océano a finales de los setenta. Cee es industria: la factoría Ferroatlántica -de ferroaleaciones-, que se pasa al tomar la bifurcación hacia Fisterra, da empleo a cientos de personas; es también agricultura: el sustento y forma de vida en muchas de sus aldeas; y esservicios: hasta tres albergues privados se abrieron entre 2010 y 2011 y cuenta con centros comerciales, tiendas, mercado dominical, bancos, farmacias y hospital.

CORCUBIÓN:
Corcubión, vocablo formado por dos voces que puede traducirse como fondo de lago, es un municipio modesto pero entrañable – el de menor superficie de A Coruña – compuesto por dos parroquias: el propio San Marcos de Corcubión y San Pedro de Redonda, y habitado por unos 1.800 habitantes. Fue declarado Conjunto Histórico – Artístico en 1984. Este recodo del Atlántico fue habitado por celtas que dejaron sus huellas en el castro defensivo del monte Quenxe, un mirador privilegiado que controla toda la ría. A partir del siglo XIII los habitantes se fueron desplazando desde la ladera de la montaña – esta especie de península tiene un gran desnivel que el peregrino cata en la subida a la aldea de Vilar – hacia el mar. La parroquial deSan Marcos, declarada Bien de Interés Cultural, se construye tras esa época y gran parte de su estilo puede considerarse gótico marinero, aunque la fachada es neogótica y alguna capilla barroca. Luciano Huidobro resalta la relación de Corcubión con Venecia: «caso curioso y digno de notarse, la advocación a San Marcos: La Señorísima Señoría de Venecia se halló durante la Edad Media íntimamente ligada por los vínculos de su activismo y astuto comercio con este puerto galaico. Aquí arribaban las naves venecianas en busca de metales y los ricos productos del país». En la calle Antonio Porrúa se puede ver la capilla del Pilar, de 1931 y ahora destinada a diversas actividades culturales. En la parroquia de Redonda, a desmano del caminante, se encuentra la iglesia románica de San Pedro, del siglo XIII con varias tallas de San Pedro, San Juan Bautista y las Vírgenes del Rosario y de las Mercedes. Una visita más detenida a la localidad permite descubrir los pazos de los Condes de Traba y el de Altamira y también edificios modernistas y burgueses como Casa Miñones. En punta Pión se alza elcastillo del Cardenal que, junto al castillo del Príncipe de Cee, se construyeron en el siglo XVIII para sellar la ría de las posibles incursiones extranjeras defendiéndola de los ataques.

FISTERRA:
Fisterra, la última porción conocida de tierra habitable durante siglos y siglos para muchos. Donde el sol sucumbía al ocaso y desaparecía tras las oscuras aguas del Atlántico, un tenebroso escenario pero a su vez apacible hogar para criaturas fantásticas y monstruos. Fue poblada por tribus celtas, como los nerios, que adoraban en sus altares al dios sol, y también por romanos. Hasta aquí llegó el general Décimo Junio Bruto y su ejército cuando conquistaron lo que sería su futura Gallaecia. En Duio, una de las parroquias del municipio, hay vestigios de la legendaria ciudad de Dugium, que al parecer fue sepultada bajo las aguas. Aparece citada en el libro III del Codex Calixtinus, que narra la traslación del cuerpo de Santiago, cuando los discípulos del Apóstol visitan al prefecto de Duio y éste ordena su arresto pero consiguen huir. Fisterra es, ahora más que nunca, y desde siempre, lugar de viaje y peregrinación. Ya en el siglo XII hay documentos que citan la llegada de peregrinos a este confín apartado y son varios los viajeros que en los siglos XIV, XV y XVI relatan sus experiencias personales hacia el Finis Terrae.
El actual municipio tiene 5.000 habitantes y está formado por el núcleo principal y las parroquias de San Vicenzo de Duio, San Martiño de Duio y San Xoán de Sardiñeiro. Fisterra es un claro exponente de villa marinera, con su puerto, sus embarcaciones de bajura, su lonja y un trazado urbano poblado de casas de piedra dispuestas en calles estrechas.

Capilla de Nuestra Señora del Buen Suceso: Iglesia barroca de 1743 situada en la plaza de Ara Solis. El crucero muestra a Cristo crucificado y a la Virgen del Socorro.
Castillo de San Carlos: Es de mediados del siglo XVIII y está situado sobre la céntrica playa de Ribeira. Su construcción fue parte de un plan defensivo de la ría junto a dos castillos de los municipios de Cee y Corcubión.
Iglesia de Santa María das Areas: Se encuentra junto a la carretera que sube al Faro. Su origen se remonta al siglo XII. Alberga la talla gótica del Cristo de Fisterra, una imagen envuelta en leyendas. Tiene Puerta Santa y un Santiago Peregrino del siglo XVII.