Trucos y consejos para solucionar lesiones o heridas en el Camino de Santiago

Durante tu peregrinaje en el Camino de Santiago, te pueden surgir lesiones o heridas. Estas son las más frecuentes y sus posibles soluciones:

  • Las ampollas, que ya habíamos tratado de ellas en antiguas noticias, aquí puedes ver las indicaciones.
  • El pie de atleta, es una micosis que aparece entre los dedos de los pies. Para detectarlo veras una aparición de grietas, y posible dolor, aunque no exista dolor, hay que tratarlo. Antes y después de la etapa, debes lavar los pies y secarlos bien, aplicar entre los dedos Canestén Spray (puedes comprarlo en cualquier farmacia) y dejar secar al aire; una vez secado, se pueden poner los calcetines (de algodón).
  • Los dolores musculares y las tendinitis, que son muy frecuentes si las etapas son duras y encima se le añade el peso de la mochila. Si vas al médico, te aconsejará que dejes el Camino y que hagas reposo, pero si te ves capaz de aguantar el dolor luego de tomar Paracetamol o antiinflamatorio (en el caso que esté inflamada la zona) y untarte la zona con pomada antiinflamatoria varias veces al día, puedes continuar el Camino pero sin forzar, para no empeorar la lesión.
  • Las picaduras de insectos, si tienes mucho malestar o eres muy sensible a las picaduras, deberás ir con un antihistamínico o una pomada (que puedes conseguir fácilmente en cualquier farmacia).
  • Las diarreas, lo más importante es dejar reposar el intestino por lo que no debes ingerir comida y beber abundante agua y sales, también en la farmacia puedes encontrar preparados que lo llevan todo, aunque se pueden preparar en casa: en una botella de 1’5 litros de agua, se pondrá el zumo de un limón, una cucharadita de azúcar, una cucharadita de sal y una cucharadita de bicarbonato y se irá bebiendo a pequeños sorbos. Y como no debes ingerir comida, debes quedarte descansando o utilizando el coche hasta que se te pase.
  • Los roces de la ropa interior o del pantalón, al andar pueden aparecer irritaciones en la zona anal o inguinal, una solución sencilla, barata y eficaz es mezclar en un vaso dos dedos de aceite con un chorro de agua y remover hasta conseguir una mezcla parcial de ambos elementos. Aplicar con un trocito de papel higiénico en la zona dañada y dejarlo que surta efecto durante toda la noche, al día siguiente el dolor y el roce habrán desaparecido.

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